Nuestra historia
La Congregación de las Hermanas
Misioneras de San Carlos Borromeo, Scalabrinianas, fue fundada por el Beato Juan
Bautista Scalabrini en Piacenza el 25 de octubre de 1985, y tiene como
co-fundadores los hermanos P. José Marchetti y Madre Asunta Marchetti.
Las Hermanas Scalabrinianas,
viviendo el carisma scalabriniano, acogen el amor de Dios como un don para ser
trasmitido a todos aquellos que sufren las dificultades de la migración.
De esta forma, garantizan la
continuidad de la intuición profética del fundador de la Congregación,
Juan Bautista Scalabrini que, después de haberla concretizado como proyecto
socio-pastoral, confió los primeros pasos a la generosa determinación de los
co-fundadores
Padre José Marchetti y
Madre Asunta Marchetti.
El carisma de las Hermanas MSCS
nació en una época de gran migración italiana que se dirigían a las Ameritas
(finales del siglo XIX), como respuesta de fe concretizada en una institución.
Ese carisma continua a través de los herederos de la espiritualidad del Beato J.
B. Scalabrini: los
Misionarios de San Carlos, las Hermanas Misioneras de San Carlos
Borromeo, y años mas tarde, con las
Misionarias Seculares Scalabrinianas,
que también encontraron mas tarde en el Obispo Scalabrini la inspiración para su
Fundación, como también el
Movimiento de los Laicos Misioneros Scalabrinianos.
Con el pasar del tiempo, se
recupero el valor profundo de algunos elementos presentes en la historia, como
la palabra latina “Humilitas”, elemento determinante en la vida del Fundador, el
cual por su vez la había recibido de
San Carlos Borromeo, dejado como patrono
por Scalabrini para sus Congregaciones. A partir de esta palabra, las Hermanas
MSCS aprenden a ser “Hermanas”, “Siervas” y “Generosas”.
Acompañando los migrantes en su
éxodo, las Hermanas MSCS se inspiran en Jesús Resucitado que, en el camino de
Emaús se vuelve “próximo” y con sensibilidad pedagógica toma la iniciativa de un
dialogo que conduce a los discípulos a descubrir Su identidad, es decir, la
Verdad. El migrante, al mismo tiempo es un maestro para las Hermanas porque las
invita constantemente a renovarse profundamente.
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